Ahora
que llega la temporada de naranjas, y que las calles de Lebrija rebosan
de ellas, que mejor que una receta de mermelada casera. Un manjar.
1 kg de naranjas amargas, bien limpias y cortadas a la mitad
1 limón
1 kg de azúcar
Partir
las naranjas y el limón por la mitad. Exprimir el zumo de las naranjas y
reservarlo. Cojer la pulpa y las pepitas de naranja que queden en el
exprimidor y aprovechar también la que queda en las mitades de las
naranjas. Exprimir el limón y unir su zumo al de las naranjas.
Tener
preparado un trozo de gasita o muselina de unos 30x30 cm y un trozo de
cordel. Colocar las mitades del limón, la pulpa y las pepitas de las
naranjas en la muselina y formar un pequeño paquete con la ayuda del
cordel. Dejar las puntas del cordel largas, de manera, que al que querer
retirar el mismo, nos sea más fácil.
Cortar
cada mitad de naranja en tres pétalos. Con la ayuda de un cuchillo
afilado, hacer una juliana muy, muy fina con las pieles. Colocar la
juliana de piel de naranja en una cacerola, añadir el zumo de limón y de
naranja, y el paquete con la pulpa y las pepitas. Añadir 2.4 litros de
agua. Tapar y dejar reposar durante toda la noche.
Al
día siguiente y dejando el paquete en la cacerola, llevar a ebullición y
dejar hervir al menos 1 hora a fuego suave, o hasta que las pieles
estén tiernas y el líquido se haya reducido al menos un tercio. Retirar
del fuego y dejar la bolsita de muselina dentro hasta que esté lo
suficientemente fría para retirarla.
Meter un plato en el congelador.
Una
vez que la podamos manipular sin quemarnos, exprimiremos la bolsita con
nuestras manos para sacar todo el jugo posible. En este jugo es en
donde se concentra la pectina, el ingrediente esencial para que la
mermelada de naranjas amargas quede perfecta.
Añadir
el azúcar a la cacerola y colocarla al fuego. Remover frecuentemente
hasta que notemos que toda el azúcar se haya disuelto. No dejar que
hierva hasta que el azúcar se haya disuelto perfectamente.
Llevar
a ebullición lentamente. Una vez que lleve 10 minutos hirviendo, sacar
el plato del congelador y poner una pequeña cantidad de mermelada en él.
Dejar reposar unos segundos y coger una pequeña cantidad con la yema de
los dedos. Si está pegajosa, está perfecta. Si no,dejarla hervir unos
10 minutos más y repertir la operación del plato. Otra manera de
comprobar el punto de la mermelada es dejarla cocer hasta que alcance
los 105ºC. Retirar con una cuchara las impurezas que se vayan formando
en la superficie.
Verter en los frascos preparados para su conservación con la ayuda de un embudo.
Esta
mermelada se conserva perfectamente durante 1 año en un lugar fresco,
seco y oscuro. Una vez abierto, consumir en el plazo de un mes y guardar
en el refrigerador.
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